domingo, 3 de septiembre de 2017

En el principio era el caos

Este día comienza un reto que he visualizado para mi futuro. Parece que mi camino me lleva por aquí, quiero leer los libros que lleguen a mis manos. No soy una devoradora de literatura, por el contrario, he leído muy poco, en su mayoría como requisito para pasar un curso y seguir hasta mi graduación.

Debo hacer un recuento de las obras que tengo presentes en mi memoria, unas más otras menos. Mi primer libro fue "Juan Salvador Gaviota" escrito por Richard Bach, así fue pasando el tiempo y vino "El dinero Maldito" de Alberto Masferrer.

Después, en mis años de adolescente me inicié con clásicos como: "La Ilíada", "Prometeo encadenado", "La Divina Comedia", "La Odisea", "Poema del mío Cid", "Casa de muñecas", "Popol Vuh", "El Ollantay", "Señor Presidente", "Metamorfosis", "Luz negra", "La casa de Bernarda Alba" y mi favorito hasta ahora "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez, de cuyos personajes realicé su árbol genealógico, lo que me permitió tener una visión más amplia de la historia, adentrarme en una realidad extraña, cálida, laboriosa y romántica.

En mis tiempos de universidad tuve que hacer un ensayo sobre un libro que implicara la superación personal, que lo invitase a uno a tener una introspección propia y se pudiera sacar ideas positivas para nuestra vida, por lo que elegí "El Alquimista", obra del escritor brasileño Paulo Coello. Fue un libro que me gustó mucho y obtuve el interés por este autor, por lo que comencé a leer otras obras como "Verónica decide morir" y, mi novio, quien es mi esposo ahora, me regaló más libros como "Brida", "Once minutos", "El guerrero de la luz", etc. los que atesoro con mucho cariño.

Ahora, que por circunstancias de la vida me veo sin trabajo, sin ese trabajo remunerado con horario fijo y llena de demandas de extraños, soy madre y mi trabajo hoy día es constante, lo hago con amor, dedicación, con la inteligencia que nace de mi alma y que me hace tener la satisfacción de que el fruto de mi vientre crezca bien y que tenga un buen futuro, primordialmente feliz.
Pero me falta algo, me falta tener un proyecto, que sea solo mío y que me permita llenar ese espacio de trabajo diferente al de ser madre y esposa, algo que me permita hacer disfrutar sin avaricia, más bien satisfacer mi derecho básico al trabajo. una vez pregunté a una tía a quien admiro mucho qué consejo me daría para aprender a sentir el gusto por la lectura, que se pudiera convertir en un placer, en una actividad de mi vida y ella me dio la respuesta más simple, honesta y lógica: "lo que tienes que hacer es comenzar", me quedé fría de la vergüenza, pero me hizo pensar que en realidad todo depende de mí, que si quiero que las cosas pasen debo ser yo la que ponga la primera chispa de ese fuego que lograré tener dentro de mí en el futuro.

Pensando en eso, caí en la cuenta de que me llama la atención el trabajo intelectual, desde casa, una actividad que me permita conectarme con otras personas, ayudarles con mi testimonio, con mi forma de ver la vida, con la información que puedo compartirles, ayudarles a tomarle el gusto a la lectura, ayudarles a escapar por un momento de la realidad del día a día, que no es mala pero es necesario tener tiempo de distracción para recargar fuerzas y seguir adelante.

Comenzaré a leer libros y poco a poco iré comentando las aventuras en las que me vea inmersa, relatando mi experiencia como lectora amateur. Bienvenidos a mi camino, espero su presencia, compañía y apoyo, hagan de este proyecto un SUEÑO DE LETRAS.



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